martes, 13 de diciembre de 2011

Heaven to Hell, de David Lachapelle

He disfrutado como un enano mirando cada foto de este libro. Además, 343 páginas permiten estar un buen rato analizando luces, flashes, posturas, gestos, colores, situaciones y un montón de cosas más que se te vienen a la cabeza cuando miras las fotos de David Lachapelle.

Desde fuera, parece un fotógrafo que satura demasiado y que incluye demasiados elementos en las imágenes. Puede que sea cierto, pero no tardas en acostumbrarte a todo ese barroquismo fotográfico y en entrar en el mundo que David ha creado, invitado por él mismo. Incluso hasta te olvidas de que detrás de cada foto hay un montón de flashes y personas pendientes de cualquier detalle y te centras en la imagen en sí misma, al menos es lo que me pasó a mí: allá por la página 30 ya no pensaba en la técnica, sino en la imagen y en la historia que hay detrás.

David Lachapelle tuvo la suerte de que Andy Warhol le echara el ojo y le consiguiera un currillo en la revista "Interview", con la que tuvo acceso a fotografiar a grandes personalidades, un cóctel que ha dado sus frutos, y se nota; no me imagino cuántas imágenes produce este tío al día, pero debe ser una cantidad brutal. Me encantaría visitar su estudio.

Por descontado, mi siguiente paso es imitar este tipo de fotografía, y tengo la esperanza de conseguir resultados similares con mi sencillo equipo (mi cámara y dos flashes con remotos Elinchrom). Un flash anular haría mis delicias, pero me parece que de momento voy a soñar solo con alquilarlo. Cuando acabe esta borrachera técnica volveré a la realidad y acomodaré lo "aprendido" a mi capacidad real de hacer fotografías, pero mientras tanto, voy a soñar un poquito con la posibilidad de que este tipo de fotografía está también a mi alcance.

Mientras lo miraba, he llegado a algunas conclusiones:
- David utiliza colores que contrasten es decir, si tiene a una chica de amarillo, la pone sobre un fondo azul (cálido vs frío) y encima lo resalta con lila, (foto de la rubia en la colchoneta de la piscina). Es algo simple, pero chicos, hay que hacerlo.
- Algunas de sus fotos parecen "Dónde está Wally", jajjaja, es decir, llena todo el encuadre con algún elemento que define lo que quiere decir en la imagen, unos niños en la esquina, un camión cruzado, o incluso deja ver el trípode del flash o la pantalla negra con la que tapa las luces molestas; todo son elementos cuidados y que han de estar ahí. Pero entre todo ello, siempre está claro cuál es el elemento principal de la fotografía/historia y lo ilumina consecuentemente.
- No sé si retocará mucho o no, pero imagino que no. Debe iluminar las fotos de tal manera que el trabajo ya está hecho cuando aprieta el botón, así que creo que Photoshop para él es un mero ensalzador de la imagen. Aparte de borrar elementos como cables o suciedad del suelo, o incluir alguna cosa, como avivar el fuego (que es real) o añadirle alguna porra de más a la mano de algún policía entre la marabunta de policías de una manifestación.

Recomiendo que veáis su web, y los vídeos de él en Youtube. Yo me he tirado toda la mañana viendo vídeos, viendo su web, y media tarde leyendo este libro. Día libre, claro.

Disfrutad con el libro tanto como lo he hecho yo.

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