lunes, 1 de agosto de 2011

Helmut Newton. Autobiografía



Helmut Newton es el ídolo de muchísimos fotógrafos, incluido yo... Y este libro consigue mantenerte enganchado hasta el final, ¡¡sobre todo al final!!, que es cuando cuenta sus anécdotas en el trabajo, mientras trabajó para el Vogue francés, el inglés, el americano y el australiano, y no precisamente en ese orden.

Los primeros capítulos tratan de su infancia y juventud, algo interesante si te gusta mucho la persona en sí de Helmut Newton, pero algo aburrido si tienes que leer el libro para clase o algo así; de todas formas, no deja de ser curioso ver cómo un judío que nació y se crió en Alemania consigue apañárselas para salir del país y sobrevivir en lugares lejanos como Singapur o Australia.

No cuenta muchos detalles técnicos, algo que como fotógrafo estaría muy al quite de sus manías y maneras, además de que el propio Helmut ensalza su figura de fotógrafo escondiendo algunos detalles de trabajo. ¿Cómo demonios consiguió que le llamaran del Vogue por primera vez?, no lo cuenta, de repente le llaman un día y acude, pero no narra el sufrimiento de un fotógrafo con aspiraciones altaneras, simplemente lo cita y ya.

Algo depravado, admite; pero me encanta la manera que tiene de transformar su demencia sexual en algo artístico. Creo que todos los hombres deberíamos canalizar de esa manera nuestras obsesiones, así al menos, sacaríamos provecho para todo el mundo de nuestros pensamientos más internos, admitiéndolos y mostrándolos al mundo de una manera que pueda entender... como hacía Helmut Newton.

Mujeriego, pero fiel, o al menos leal a su mujer, June, a la que conoció como actriz, cuando quiso retratarse para un book; claro, ¡¿qué iba a decir en su autobiografía?!, cualquiera hubiera hecho lo mismo al dejar escrito para la posteridad un texto que mostrara la parte positiva y optimista de uno mismo; aunque no se corta a la hora de confesar sus pocas dotes para la fuerza y los trabajos físicos; eso sí: dice ser un gran nadador y que practicaba este deporta casi a diario en sus mejores tiempos (aunque yo no consigo ver un cuerpo de nadador en las fotos de esa época).

En fin, un buen libro para quien le guste Helmut Newton, pero bueno, ¿quién se lo compraría si no le gustara?






No hay comentarios: