Este es un libro sencillo, pero que te descubre alguno de los grandes secretos de la fotografía más tradicional, bien por los comentarios que Bernard escribe al lado de cada foto, o por los breves textos en los que te explica algunos consejos para hacer buenas fotos de chicas, o bien por los curiosos esquemas de iluminación que desvelan cómo el fotógrafo puso los flashes, o los reflectores. Aunque no estoy muy contento con estos esquemas, porque he descubierto que no son del todo ciertos, sobretodo cuando habla de reflectores, pero bueno, por lo demás está muy bien.
¿Qué es una Pin-Up?
Según Bernard of Hollywood, es "una chica joven, pero con las curvas donde corresponde, y con las piernas muy largas", además de hacerlas un pelín más largas con un par de trucos que explica en el libro. Una Pin-Up es también una modelo cuya foto va a estar colgada de la pared (taquilla, armario, etc.) de alguien durante mucho tiempo sin que el espectador habitual se canse de mirar; esto, dice, es lo que buscan los directores de arte de empresas de calendarios, por ejemplo, pero se podría trasladar a lo que buscan los editores de revistas para sus portadas: fotografías simples, que funcionen bien y que dejen al espectador un espacio para imaginar.
El sexo vende, eso lo sabemos todos ya a estas alturas, pero resulta que la obsesión del hombre norteamericano por los pechos grandes se vio mermada a partir de 1933, durante el New Deal y la depresión post crack bursátil al prohibir enseñar mujeres desnudas o en topless en publicaciones como revistas o periódicos, así que surgieron las Pin-Ups: mujeres sugerentes, con ropa ajustada que permitía ver la figura femenina claramente sin enseñar carne, más allá de lo que se podía ver en las playas de la época. Y con ello toda una cultura de la nueva mujer americana que alegraba la vista a los valientes soldados durante la II Guerra Mundial, que se mataban a pajillas mirando chicas vestidas (jeje). Luego acabó la guerra y, claro, volvieron a la realidad, volvieron a ver a las mujeres normales, más bien grandes (pensemos en las americanas de rancho que habían trabajado duro durante la guerra) y a relacionarse con ellas de nuevo, dejaron a las novias de papel colgadas en sus taquillas para reanudar sus vidas con las mujeres de carne y hueso que les estaban esperando en casa. Las revistas se volvieron todavía más conservadoras e incluso eliminaron la ropa ceñida de las modelos. Pero a partir de los cincuenta ya empezaron algunas revistas a enseñarlo todo del cuerpo de las mujeres... y de ahí hasta el porno de hoy en día.
Toda una evolución. Es interesante ver sus comienzos.
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